Preguntas Frecuentes

El Proyecto Cerro Blanco cuenta con una planta de tratamiento de agua, un plan de manejo ambiental y estudios hidrológicos que dan certeza que nuestra operación no contamina ni contaminará el agua de la región.

En este sentido, es importante dejar claro que la contaminación del agua en la zona de influencia del proyecto Cerro Blanco no es resultado de la actividad minera, que en este momento se encuentra en fase de exploración. Por el contrario, tiene que ver con las características naturales del subsuelo de la zona y el hecho de que en la región los asentamientos poblacionales y las distintas actividades que se desarrollan en la cotidianidad, depositan sus desechos directamente en los ríos y quebradas. Al no existir plantas que puedan tratar estos residuos, los ríos terminan arrastrando la contaminación hacia las cuencas medias y bajas de los afluentes.

En Elevar contamos con un modelo de gestión del agua que es monitoreado permanentemente con el acompañamiento de las comunidades locales y por la autoridad ambiental de Guatemala. Gracias a esto, el agua que descargamos en la quebrada El Tempisque, cumple con todos las regulaciones nacionales y estándares internacionales, permite la supervivencia de la vida acuática y puede ser consumida de forma segura por los animales.

Como cualquier otra actividad humana, este tipo de minería genera un impacto ambiental que gracias a nuestro conocimiento experto y altos estándares de operación, puede ser mitigado, administrado y compensado para proteger al medio ambiente. En el proyecto Cerro Blanco contamos con un modelo avanzado de gestión de relaves en seco que nos permitirá disponer del material no aprovechable de forma segura por medio de la instalación de pilas secas. Una configuración que aprovecha las últimas tecnologías disponibles en la industria y nos pone a la vanguardia de las buenas prácticas de sostenibilidad que se están adoptando en el mundo.

Además, estamos desarrollando y aplicando un plan de rescate de flora y fauna locales que se ejecuta a través de la conformación de dos zonas de conservación dentro de los límites del proyecto. Instrumento que es objeto de un monitoreo constante y que nos ha llevado a identificar 81 especies que harán parte de nuestro plan de conservación de biodiversidad a través de actividades de reforestación y reubicación en la zona.

Nuestros valores, políticas y prácticas corporativas fundamentales promueven la rendición de cuentas en beneficio de todos los actores sociales, a través del proceso de divulgación pública de nuestros informes y de la totalidad de nuestros comunicados en forma justa, precisa, oportuna y transparente.

Del mismo modo, ejecutamos iniciativas de socialización del proyecto con comunidades locales, autoridades y otras personas interesadas, quienes, a través de diferentes actividades pueden conocer de primera mano nuestro modelo. Tan solo en el 2022 hemos visitado más de 2300 casas y realizado más de 27 kioscos informativos en las diferentes comunidades.

Además, en Elevar nos sentimos orgullosos de ser parte de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI) a través de nuestras contribuciones a la Fundación Lundin. Por medio de esta, asumimos el compromiso de presentación anual de informes de transparencia sobre todos los impuestos, regalías y otros pagos gubernamentales a través de la EITI Guatemala, así como el estricto cumplimento de nuestras obligaciones de presentación de informes al Gobierno de Canadá en el marco de la Ley de Medidas de Transparencia del Sector Extractivo.

En primer lugar, en Elevar Resources estamos comprometidos con la formación y el desarrollo de nuestros vecinos a través del trabajo en equipo con instituciones guatemaltecas que nos han permitido impulsar la competitividad y capacidades de Asunción Mita y su gente.

En este sentido, desde nuestra llegada al país en el 2017 hemos trabajado en equipo con instituciones y programas como el INTECAP (Instituto Técnico de Capacitación y Productividad) o PRONEA (Programa Nacional de Educación Alternativa) para impulsar escenarios de aprendizaje y formación que permitan a los mitecos ser los mejores candidatos para las futuras oportunidades de empleo que creará el proyecto: alrededor de 1000 durante la etapa de construcción y cerca de 500 durante la etapa de producción. 

En segundo lugar, contamos con un programa de fortalecimiento de las capacidades locales, conocido como NEXO,  para promover que las necesidades de bienes y servicios propias de una operación minera puedan ser suplidas a través de la oferta local de empresas guatemaltecas. Fortaleciendo así la economía local y desarrollando un escenario de economía circular alrededor del Proyecto Cerro Blanco que impulse el emprendimiento y la diversificación. Priorizamos la contratación local de bienes y servicios necesarios para el normal funcionamiento de nuestra operación de manera tal que podamos impulsar la actividad económica de Guatemala.

Además, hemos materializado una amplia oferta social que ha demostrado el valor del trabajo en equipo de la empresa con las comunidades locales para la consolidación de un nuevo camino. Contribuyendo a través de la ejecución de programas de salud, el apoyo a la construcción de infraestructura comunitaria, iniciativas de reforestación y de empoderamiento; a la construcción de capacidades locales para impulsar el desarrollo social y una mejor calidad de vida.

El proyecto cuenta con un plan de cierre que se empezará a ejecutar desde los primeros años de operación. Este plan debe presentarse a la autoridad 3 años antes del cierre, pero desde ya contempla restablecer la zona, reforestándola con especies nativas y relocalizando de fauna endémica de la zona. En el espacio de la mina se generará un hoyo que se irá profundizando en la medida que avance el proceso extractivo. Cuando llegue el momento del cierre del proyecto, ese lugar se convertirá en una laguna armónica con la biodiversidad de la zona.

El estudio de impacto ambiental que desarrollamos como parte del proceso para la obtención de la licencia de operación en Guatemala, nos permite afirmar que la operación del Proyecto Cerro Blanco no generará impacto para los países vecinos como El Salvador u Honduras. Como empresa, nuestro compromiso con el cuidado del medio ambiente, especialmente del agua, no tiene límites geográficos por lo que nuestro propósito de desarrollar una minería moderna y responsable que mitigue, disminuya y administre adecuadamente los riesgos ambientales en la zona de influencia del proyecto y proteja por igual a las poblaciones asentadas en Guatemala y los países vecinos.

La operación de la planta de tratamiento de aguas residuales y la configuración de disposición en seco de relaves, dentro de los límites de nuestra operación, garantiza un adecuado manejo ambiental directamente en la fuente que evita impactos y riesgos para las comunidades asentadas en las zonas aledañas a la mina de Cerro Blanco.

Como en cualquier otro proyecto minero, el estudio de factibilidad del Proyecto Cerro Blanco se desarrolló tomando en cuenta la dinámica del mercado internacional del oro y la estimación de diversos escenarios durante el periodo de producción de la mina. Los resultados de este estudio indican que el proyecto es rentable, con márgenes menores, desde valores muy por debajo de una cotización de USD $1600 por onza.

Además, debemos resaltar que las actuales tendencias del mercado y las características de alta concentración del mineral en el proyecto, hacen de esta mina una inversión de gran viabilidad y alto potencial de retorno operativo de la inversión. Es un proyecto con el que estamos listos para avanzar de la mano de las comunidades y las autoridades locales. 

Los estudios exploratorios del Proyecto Cerro Blanco demostraron que esta es una mina con un alto grado concentración de mineral a poca profundidad, lo que implica un estimado de concentración de 2.5 gramos por tonelada removida durante los primeros cuatro años del proyecto, y de 1.64 gramos durante el resto de la operación. Por estas condiciones estimamos que el proyecto es capaz de proveer una extracción de más de 290 mil onzas de oro anuales, lo que garantiza una rápida recuperación del flujo de caja destinado a la inversión inicial y una importante suma a través de regalías e impuestos para todos los guatemaltecos.

Desde que adquirimos el Proyecto en 2017, hemos desarrollado actividades de exploración y estudios a profundidad que, sumados a la información ya disponible de la operación que se venía desarrollando, llevaron a la decisión estratégica de optar por la modalidad de minería de superficie. Ese cambio se sustenta en la seguridad y sostenibilidad, pues representa un incremento en la capacidad de la mina, lo que redunda en beneficios para todos, desde mayores oportunidades en materia de generación de empleo local, hasta la dinamización de la economía del país a través de impuestos y regalías; así como un control más estricto en el manejo de residuos, fuentes hídricas y gestión de los ecosistemas.

A nivel de riesgos, el modelo operacional no implica una mayor incidencia de factores de impacto para las comunidades y el ambiente. Por el contrario, nos permite administrar y mitigar de mejor manera los impactos que se producen en un proceso de explotación minera. Esto teniendo en cuenta que las condiciones geológicas y geométricas de este depósito hacen más adecuado el desarrollo de un modelo de extracción de superficie.

La protección del agua es parte fundamental de la minería moderna y responsable, y gracias a nuestra planta de tratamiento, podemos afirmar que los químicos utilizados en el proceso de producción de oro no afectarán o contaminarán los ríos de la región.

El uso de tecnología de punta nos permite reducir al máximo la necesidad de incorporación de químicos para el proceso de extracción de minerales y por ello, estos pueden ser neutralizados en el proceso de tratamiento del agua al interior de nuestra operación. De esta forma, garantizamos que el agua que descargamos a los afluentes de la zona no contiene contaminantes asociados al proceso minero.

Por el contrario, el agua que descargamos en la quebrada El Tempisque, cumple con todas las regulaciones nacionales, permite la supervivencia de la vida acuática y puede ser consumida de forma segura por los animales.

Este proyecto fue descubierto en 1998 y desde entonces se han realizado muchas campañas de exploración por parte de diferentes actores. Este proceso ha aportado información sobre cómo debería desarrollarse adecuadamente. Datos que, sumados a nuestra experiencia de más de 40 años en el desarrollo de proyectos de gran envergadura en más de 25 países, nos permiten contar con un modelo viable, sostenible y responsable en el Proyecto Cerro Blanco.